RELÁMPAGO DEL CATATUMBO

VERSIÓN FINAL | 25 de abril de 2023

Por Deivis Castro

Deivis Castro | Historiador

Inexplicable, asombroso o majestuoso son algunos de los adjetivos para referirse al fenómeno natural conocido como Relámpago del Catatumbo, un ciclo de tormentas eléctricas formadas al Sureste de la cuenca del Lago de Maracaibo.

Relámpago del Catatumbo

Este 25 de abril se conmemoran 200 años de la primera observación científica llevada a cabo en el año 1823, por el científico francés Jean Baptiste Boussingault. Registros que fueron realizados desde la hacienda El Estanque, ubicada en la sierra de Mérida, según apuntes de su diario Memorias, capítulo IV páginas 163 - 166 (Biblioteca Virtual Luis Ángel Arango) donde señala los hechos de esta manera:

«25 de abril (1823). Desde «El Estanque» vimos durante la noche esas singulares luces que habíamos observado en Mérida y San Juan; son conocidas con el nombre de «farol de Maracaibo»; se divisan desde las costas del mar, como del interior y se asegura que son visibles a más de 40 leguas de distancia; parece ser que esas llamas, esas fosforescencias nacen en el río Catatumbo, cerca del río Zulia.»

Los hechos aquí expuestos fueron recopilados y publicados por el investigador y Licenciado en Físicas Francisco Martín León en la Revista del Aficionado a la Meteorología (RAM), así como también por el ambientalista e investigador venezolano Erick Quiroga artífice de que el Relámpago del Catatumbo entrara al récord Guinness. Fenómeno que sigue intrigando a la ciencia, el mismo que José Antonio Urdaneta inmortalizó en el estandarte estatal del Zulia como un símbolo perpetuo e inequívoco de nuestro regionalismo y sentido de pertenencia.

HOMENAJE, JUSTICIA Y PROGRESO SOCIAL

ESTA TIERRA de Teruel número 137

Los científicos siempre han sido víctimas de los militares; por muchas semanas fue insultado, injuriado y calumniado, en una operación de desinformación de los órganos de inteligencia que dio lugar a la campaña difamatoria más brutal contra un benefactor de la humanidad.

Estos días escribo para mantener viva la llama que arde en mi interior. Es el fuego de la justicia que solicito para mi biografiado, un brillantísimo científico que fue víctima de un violento silencio histórico.

A mediados de la década de 1970 tuve el honor y el privilegio de conocer al doctor Rojas, justo en los días de su regreso a casa, después de años de inestimable servicio en el Proyecto Lunar Apolo de la Agencia Espacial Estadounidense (NASA). Dr. Héctor Rafael Rojas, considerado un genio de la carrera espacial en la NASA, trabajó magistralmente para resolver los problemas del aterrizaje de las misiones tripuladas en la superficie de la Luna.

El profesor Rojas, matemático, físico y astrónomo, doctorado en astrofísica especializado en el estudio de la luz de las estrellas, se propuso descubrir los secretos del Universo con fines benéficos para la humanidad, como erradicar el hambre en el mundo y desarrollar el tratamiento de enfermedades incurables utilizando métodos astrofísicos basados en el potencial curativo de la luz de las estrellas. Esos fines de progreso social, concebidos para el beneficio de las sociedades más desfavorecidas del mundo, se habrían logrado con el análisis de los datos del Cosmos obtenidos gracias a las investigaciones espaciales. Así pues, el científico humanista desarrolló el proyecto de creación del Centro de Estudios Espaciales Venezuela–NASA, un megaproyecto planificado para el estudio, análisis y aprovechamiento de las valiosas informaciones recopiladas por las naves y los satélites enviados al espacio.

Centro de Estudios Espaciales Venezuela – NASA representado en una maqueta.

¡Un verdadero trampolín para el desarrollo tecnológico de Latinoamérica!

Las gestiones fueron acogidas con beneplácito y, en virtud de la planificación del Centro, el Dr. Héctor R. Rojas fue postulado al Premio Nobel con la mención «Solución de los Problemas de la Humanidad».

Tal como ha sucedido en tantas ocasiones, políticos y militares de las naciones cabecillas de los bloques ideológicos enfrentados, en plena Guerra Fría, no vieron con buenos ojos la posibilidad de progreso social y tecnológico de los países menos desarrollados. Y durante un largo tiempo actuaron para sabotear el proyecto, utilizando todos los recursos que disponen algunas fuerzas gubernamentales dedicadas a fomentar la dominación mundial.

En 2022, el escritor de la biografía autorizada ha creado el Centro de Estudios Espaciales Astrofísico Héctor R. Rojas, adoptando el emblema original, como parte del homenaje a uno de los científicos más destacados de todos los tiempos.

Emblema del Centro de Estudios Espaciales Astrofísico Héctor R. Rojas

Este emblema simboliza el anhelo de su creador por generar en los más jóvenes el interés por la ciencia y la motivación para estudiar los fenómenos científicos como fuente de progreso social:

El emblema representa la geometría de un Universo que parece haber sido finamente ajustado para el florecimiento de la vida en la Tierra. Y propone que la investigación del espacio sideral, precursora de grandes descubrimientos, junto con la cooperación científica internacional, sean los pilares del progreso de la humanidad en su transición actual hacia la nueva era espacial.

Pierre Monteagudo es escritor de investigación, Biógrafo Oficial de Héctor R. Rojas, divulgador científico y autor de la trilogía biográfica; Expediente Rojas NASA Reports 1/2/3 (2016), Expediente Rojas: La Tecnología del Cosmos (2019) y Secretos de Estado: Pactos Ocultos y Ultrasecretos de la Guerra Fría (2021). ¡Un alegato por la paz!

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